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Si eres maestro, vas a necesitar presentar un proyecto de innovación educativa cada cierto tiempo. Con él, buscas abordar la problemática de una institución educativa en aspectos relacionados con tu materia o tu alumnado, brindando soluciones novedosas. A veces, tu proyecto partirá de cero por tratar sobre una asignatura no impartida antes.

El principal beneficiado de los cambios debe ser el alumnado, aunque es un error centrarse solo en los alumnos, o en el aquí y ahora. Por eso, vamos a ver cómo solucionar los que vienen del otro lado: los que proceden del colegio o instituto donde se van a aplicar, de tus propios compañeros de trabajo o de ti mismo.

Creer que la innovación implica siempre tecnología

Quizás, el error más común viene de no tener claro qué son los proyectos de innovación educativa. Dicho de otro modo, innovar no siempre significa introducir nueva tecnología, nuevo software, etcétera.

Se soluciona viendo casos en los que la innovación, con resultados probados, no ha ido siempre de la mano de una inversión en software o en equipos informáticos más potentes.

Por supuesto, vas a necesitar mostrar mayoritariamente ejemplos recientes y tener cuidado con no incitar a caer en el sesgo opuesto. No se trata de pensar que toda innovación se puede llevar a cabo sin nueva tecnología.

Aceptar como válido lo que se ha estado haciendo pocos años antes

Para evitar este problema, te vas a enfrentar a ti mismo y a algunos colegas. Si hace 5 años introdujimos este cambio y ha ido bien, “¿por qué cambiar algo más el próximo curso?”

Este recelo suele venir de personas a quienes estresan los cambios y, por supuesto, de quienes detestan salir de su zona de confort.

No se trata de ir cambiando el programa de enseñanza cada «X» años, sino de adoptar una mejora continua. Así, al detectar una posibilidad de optimización, el centro pasa a valorarla por sistema, sin esperar a que se necesiten cambios sustanciales para implementarla junto con otras medidas.

Recuerda que, en un proyecto de innovación educativa, los cambios se deben seguir, para poder llevar a cabo la evaluación y memoria final. Es este tratamiento el que confirma o refuta la hipótesis “enseñar esta materia con esta novedad ha sido bueno para los alumnos o para su rendimiento académico”.

Pensar solo en los alumnos o solo en los docentes

Cuando se elabora un proyecto de innovación docente multimodal, donde se presta atención a alumnos, profesores y recursos del centro, y después se entrelazan las propuestas, se observan resultados curiosos.

Las ventajas principales recaen sobre el personal docente, por ver reforzada su motivación. Esto se traduce en un mayor rendimiento, que facilita el aumento del interés de los estudiantes en la materia. Los estudiantes obtienen el beneficio de las nuevas estrategias de enseñanza, con nuevos materiales o con prácticas que les sacan del tedio, pero también de la mejora en la comunicación con sus profesores (por la mayor motivación de estos).

La otra brecha digital de algunos profesores

Hoy en día, existen programas informáticos que realizan simulaciones computacionales de posibles reacciones químicas, mostrando estructura y orbitales. Son herramientas de trabajo para investigadores, aunque si el centro dispone de alguno de estos programas, podría resultar interesante mostrárselo a los alumnos con ejemplos adaptados a su nivel de estudio.

Dependiendo de la edad de los alumnos, podría ser importante que los profesores se desenvolvieran bien con las herramientas más recientes, incluso que las acercaran a los alumnos, o no. Cuando sea recomendable, los centros deberían ofrecer soluciones para el reciclaje de estos docentes, en lugar de dar por supuesto que todos van a mantener sus conocimientos tecnológicos completamente actualizados.

A veces, un proyecto de innovación educativa se topa con un sistema educativo muy rígido. Otras veces, son los propios profesores o los alumnos quienes se oponen al esfuerzo de adaptación, al menos al comienzo. Y también existen creencias erróneas, como que introducir cambios siempre supone más gasto en tecnología.

Cuando tu proyecto se enfrenta a estos muros ajenos a los recursos económicos, la manera de presentarlo puede marcar la diferencia. Recoge en tu proyecto, brevemente, cuáles son los principales problemas y cómo los solucionarías. Presta atención a la maquetación, para que tus datos sean más fáciles de comprender en caso de lectura rápida.

Recuerda que podemos imprimir y maquetar tu proyecto de innovación educativa. Por nuestra experiencia, también podemos orientarte sobre la encuadernación más conveniente para tu caso.

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