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Las preguntas PICO son frecuentes en investigaciones relacionadas con la salud humana. También pueden servirte para llevar a cabo la investigación de una tesis doctoral en Medicina o Enfermería.

Por eso, vamos a ver cómo puedes aplicar esta metodología para recopilar información en tu tesis, si procede, y cómo plantear las preguntas PICO, bien sea para un trabajo académico, bien sea para aplicarlo cuando trabajes en un hospital o centro de salud.

Qué son las preguntas PICO

PICO es una regla mnemotécnica que se utiliza para describir los cuatro elementos de una pregunta clínica estructurada (Yale University’s Cushing/Whitney Medical Library). Estas preguntas estructuradas se aplican, no solo en Ciencias de la Salud, para ayudar con las revisiones bibliográficas o las sistémicas.

La estructura de la pregunta compuesta sigue la regla mnemotécnica. Disgregada en cuatro apartados:

  • Paciente. Describe a tu paciente atendiendo a variables como la edad, índice de masa corporal, la presencia de patologías y el grado de las mismas.
  • Intervención. Explica cómo vas a trabajar con ese paciente, recogiendo tanto las pruebas diagnósticas solicitadas como factores de riesgo a tener en cuenta.
  • Comparación. Compara el tratamiento que consideras mejor con las demás alternativas posibles. Puedes incluir, dependiendo del estudio clínico, el efecto placebo (así se realizan los estudios doble ciego).
  • Outcomes o resultados. Especifica cómo cuantificar el efecto del tratamiento.

 

Para qué sirven las preguntas PICO

Estructurar las preguntas permite recoger la información precisa de manera más certera. En tesis doctorales, cada pregunta PICO en la investigación va a facilitar el paso de la información general a la particular.

Por tanto, la aplicación de preguntas PICO sirve como un filtro de información, más a menos excluyente según la cantidad de información disponible y el caso concreto.

Es evidente que el filtro de información será mayor en enfermedades donde existen 3 tipos de tratamientos disponibles que en aquellos donde las opciones pueden ascender hasta 10, y a veces hace falta ir probando y descartando.

Un ejemplo donde no se puede acertar siempre con el tratamiento en el primer intento lo tenemos a la hora de medicar a un paciente con depresión clínica. La presencia de otras enfermedades va desaconsejando algunos tratamientos disponibles, pero siempre habrá una incertidumbre sobre si el elegido será el mejor o no hasta que se ve su efecto o la ausencia de él al cabo de unas semanas.

Cómo plantear las preguntas PICO

A continuación enumeramos los pasos para plantear las 4 cuestiones a responder, acompañados de algunos ejemplos de preguntas PICO.

Caso 1

  • P: paciente con vértigo posicional benigno.
  • I: tratamiento de rehabilitación vestibular.
  • C: no intervención.
  • O: mejoras en la marcha o en el desempeño diario, medido con el testimonio del paciente y con exploración en consulta.

Caso 2

  • P: embarazada dilatando.
  • I: suero intravenoso para asegurar el aporte de líquidos.
  • C: dieta absoluta, por si fuera necesaria intervención.
  • O: si la evolución del parto es negativa, anotaremos si se ha producido aspiración gástrica durante la anestesia.

En este caso, los datos se sumarán a otros muchos, para corroborar o debatir si la privación de la ingesta de agua antes de una cesárea disminuye el riesgo de aspiración gástrica.

Las preguntas PICO sirven como filtro de información en la práctica clínica, pero también se utilizan para realizar revisiones sistémicas o bibliográficas, y no solo en Medicina o Enfermería. Su efectividad a la hora de facilitar la tarea de recogida de información útil y ganar tiempo dependerá de cada caso concreto o, mejor dicho, de si cada apartado a responder tiene dos posibles respuestas o varias diferentes.

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